Bajo el lema “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, emprendió una campaña que concluirá en 2015, encaminada a prevenir y eliminar ese flagelo en todas partes del mundo.
A través de la campaña, la ONU une esfuerzos con los individuos, la sociedad civil y los gobiernos para poner fin a la violencia de género en todas sus formas.
Según las estimaciones de las Naciones Unidas, es probable que al menos una de cada tres mujeres en el mundo sea golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales o sufrir otro tipo de maltrato a lo largo de su vida, y que una de cada cinco se convierta en víctima de una violación o un intento de violación.
La trata, el acoso sexual, la mutilación genital femenina, el homicidio relacionado con la dote, los asesinatos por cuestiones de honor y el infanticidio femenino son algunas otras ramificaciones generalizadas del problema.
Es por ello que la campaña del Secretario de Naciones Unidas ha incidido en 33 países de América Latina y el Caribe y llama a unir fuerzas y realizar acciones conjuntas para visibilizar la problemática.
Nadin Gasman, directora regional de la Campaña “UNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres” y quien ha liderado este esfuerzo desde Panamá, indica que la violencia contra las mujeres requiere de acciones conjuntas para lograr una trasformación cultural hacia la igualdad. En entrevista a SEMlac comenta lo que ha significado para los países de América Latina y el Caribe la campaña del ONU.
¿A quién se dirigirá la campaña “UNETE para poner fin a la violencia contra la mujer” este 2012?
A los hombres jóvenes. Queremos hablarles para que sean parte de la solución y no del problema.
Es realmente un llamado a este grupo sobre el cual creemos que podemos tener una influencia importante para que se cuestionen qué quiere decir ser hombre, y qué ser hombre violento, macho, prepotente. Eso no es bueno para las mujeres pero tampoco es bueno para ellos.
¿Qué pasa con la campaña hacia las mujeres?
Por supuesto que también a ellas vamos a dirigirnos; a las jóvenes porque buscamos prevenir la violencia desde el noviazgo.
¿Ha sido un buen ejercicio la campaña del secretario general de Naciones Unidas para ponerle fin a la violencia contra las mujeres?
Realmente ha sido un catalizador de acciones tanto del Sistema de Naciones Unidas como para los gobiernos y las sociedades.
En estos momentos la campaña se ha incrementado en todos los países de la región y de una manera u otra hay acciones en las 33 naciones de América Latina y Caribe, en unas más que en otras, pero ha servido como un espacio de unión de trabajo conjunto para lograr los objetivos de ponerle fin a la violencia contra las mujeres.
¿Sobre qué bases se formuló la campaña UNETE para ponerle fin a este tipo de violencia?
Sobre tres pilares. En primer lugar, un alto a la impunidad. En esta fase se apoya a los gobiernos y a los estados para que desarrollen leyes, políticas y programas a fin de que las mujeres tengan acceso a la justicia y así prevenir, sancionar y resarcir a las víctimas.
El segundo pilar, y que nosotros llamamos NI UNA MÁS, hace énfasis en la prevención primaria, todo lo que queremos y tenemos que hacer para que no haya violencia. Trabajamos con los ministerios de educación, universidades y medios de comunicación para abordar las causas de este flagelo que son la desigualdad entre hombres y mujeres y la resolución no violenta de conflictos.
El tercer pilar es responsabilidad de todos y de todas. Un llamado del Secretario General de la ONU a los hombres, a los niños, a los artistas hombres y mujeres para que se involucren en esta tarea.
¿En qué población ha tenido mayores resultados esta campaña?
En el ámbito público, en los medios de comunicación, en la prensa, entre los grupos de hombres, de mujeres, la conciencia pública, cuando se ve cómo se habla del tema a nivel de la región.
Y en los países, porque ha servido como un catalizador para lograr acuerdos y acciones conjuntas. Por ejemplo, en Guatemala la campaña ha sido muy importante porque allí fue el lanzamiento, acompañado del sector público para apoyar las acciones del Estado y del Gobierno, mejorar el acceso a la justicia, el tema de investigación, de datos y ponerlo en la opinión pública.
En Costa Rica, los tres poderes del Estado se han adherido a la campaña, el Organismo Judicial se comprometió a capacitar a todos sus funcionarios en dar una atención digna a las víctimas de violencia; en Uruguay se ha llevado a la calle un mensaje de movilización para ponerle fin a la violencia.
¿Pero algunas campañas impactan más que otras?
En cada uno de los países están ocurriendo cosas distintas. En México, por ejemplo, se recopiló un millón de firmas de funcionarios y funcionarias, padres, madres, estudiantes y sector educativo comprometiéndose a ponerle fin a la violencia, y con eso se le dio vida al programa de prevención de violencia contra las mujeres.
¿Es la misma campaña para todos?
La campaña hay que entenderla como un marco de acción integral, se manifiesta y desarrolla de acuerdo a las necesidades de cada uno de los países y de los acuerdos que hacen los diferentes estamentos. Es igual porque tiene los mismos objetivos, pero es distinta porque cada uno la implementa a su manera.
¿Qué le preocupa a ONU-MUJERES de las mujeres en Latinoamérica?
La igualdad de género y el empoderamiento. Las prioridades están trazadas alrededor de promover la participación política y el liderazgo de las mujeres.
Es esencial que haya más mujeres con liderazgo reconocido, en posiciones de poder desde el sector privado, gobierno, parlamento, sector judicial.
También el empoderamiento económico de las mujeres para lograr la igualdad pasa por la autonomía económica, la capacidad en el mercado de trabajo en igualdad de circunstancias, lo que requiere también la corresponsabilidad en el ámbito doméstico y familiar, en todo el tema del cuidado. El reconocimiento del trabajo no remunerado de las mujeres y la lucha por un salario igual, son temas centrales para la agenda de ONU-MUJERES.
Fuente: Rigys
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