Ma. Alejandra
Había una vez una niña que creía vivir en un mundo lleno de FANTASÍAS gracias a su madre que la ayudaba a que no viviera y profundizara lo que se estaba viviendo, que su madre tenía que contar las monedas para comprar alimentos. La niña pedía un par de zapatos, su mamá le decía tiene que ser el mejor pero hay que esperar porque estos que hay no son buenos, son costosos pero no tienen calidad.
La niña le dice: Mamá quiero un vestido. Y la mamá le contesta: tiene que ser el mejor, con la mejor tela y costura. Estos que hay en las tiendas no tienen diseño para ti.
Entonces la niña queda pensando y a la hora de la cena le dice a su mamá: ¿te puedo preguntar algo? –sí, le responde su mamá. ¿Por qué te pido zapatos y vestidos y tú me dices que tiene que ser especial para mí?
La mamá le contesta: para mi niña tiene que ser todo especial porque es lo más hermoso que tengo.
Como las cosas no se pueden obtener y hay que esperar, la niña quedó pensando y al otro día cuando se levantó y vio a su mamá que estaba horneando pan, la abrazó fuerte y le dijo gracias mamá que de tus manos sale lo especial para mí que es tu amor.
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