¡Hola! Yo soy Ailén, la nueva profe de computación y quería compartir con ustedes mi experiencia en Puerta desde mi lugar de ex alumna del Colegio Schönthal.
Todavía me cuesta comprender la dimensión del proyecto y realmente estoy emocionada por ser parte de él. El año pasado fue muy difícil en lo personal y es increíble comparar el ayer con el hoy.

Me acuerdo muy bien cuando me encontré a principio de año con la Hermana Noelia en Ramos Mejía después de mucho tiempo de no habernos visto. Ahí es cuando ella me comenta por primera vez que necesitaban una persona que lleve adelante el taller de computación, pero yo estaba muy lejos de entender lo que sería esta experiencia.

Las Hermanas Oblatas formaron parte de muchas actividades del colegio durante toda mi secundaria, pero evidentemente vivir el proyecto desde adentro es algo totalmente diferente y me siento privilegiada de poder hacerlo. Estoy en un momento muy lindo y con muchas expectativas en mi vida.
Disfruto mucho de ayudar a las mujeres que vienen con un poco de miedo porque “no saben nada” y después verlas avanzar paso a paso, con muchísimas ganas. Todos los lunes y jueves cuando se acerca la hora de comenzar el taller o la hora de merendar, se escucha cada vez más seguido el timbre y empiezan a llegar las mujeres. Ya se hizo costumbre pero es una sensación re linda, compartir juntas esas dos horas.
Realmente, me cambió mucho la forma de ver las cosas; estar en Puerta y ser parte de este gran proyecto me “abrió mucho la cabeza”, como siempre digo. Considero que tratar de hacerle un bien a otras personas que están pasando o pasaron malos momentos, y dejar de preocuparse durante unas horas de nuestros propios problemas, es fundamental para replantearse lo que realmente es importante y lo que no lo es; sólo de esta manera creo que es posible ser un poco más feliz… abriendo los ojos, mirando otras realidades que no sea solo la nuestra, y poder compartir los malos y los buenos momentos, repartir las angustias y las alegrías entre todas. Es lo que yo siento que se vive en Puerta Abierta… y les agradezco muchísimo que me dejen ser parte de todo esto!

Le deseo a la Congregación de las Hermanas Oblatas mucha felicidad por estos 150 años que se cumplen de misión. 150 años de este gran proyecto que sigue sanando heridas y sigue cambiando vidas. Por muchos más!!

Ailen


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