Susana Trimarco, madre de María de los Ángeles Verón, aseguró que todas las personas que desde el miércoles próximo serán enjuiciadas en Tucumán “son responsables” del secuestro y desaparición de su hija, cometido en abril de 2002. Su heroica lucha contra la mafia de la trata de personas
“Tengo fe en Dios, me pongo en manos de él y espero que la Justicia haga justicia”, expresó Trimarco, quien en la búsqueda del paradero de “Marita” conformó una fundación dedicada al rescate de víctimas del delito de trata de personas.
La mujer afirmó que “todos” los que serán juzgados por los jueces que integran la sala II de la Cámara Penal de San Miguel de Tucumán “son responsables de la desaparición, de la explotación y de la privación ilegítima de la libertad” de su hija, quien en la actualidad tendría 33 años de edad.
Trimarco señaló especialmente a José “Chenga” Gómez y a Irma Medina, quienes fueron investigados durante el trámite de la causa y hasta estuvieron detenidos en forma preventiva.
“A cada uno de ellos los hemos investigado y son verdaderos explotadores de mujeres. Cuando los soltaron siguieron haciendo lo mismo, por eso tienen que pagar por todo lo que le hicieron a mi hija”, señaló en declaraciones a C5N.
Al respecto, recordó que la búsqueda de Marita le permitió encontrar “a otras chicas” sometidas sexualmente por redes de trata de personas.
Trimarco se mostró ilusionada de que, con motivo del juicio, “alguien diga algo” y le “den una pista sobre el paradero” de su hija.
El proceso oral y público se iniciará el miércoles en los Tribunales de Tucumán, donde trece personas fueron acusadas por su secuestro y promoción de la prostitución.
El caso, emblema de la lucha contra la trata de personas, tendrá como principal testigo a Trimarco, quien tiene previsto declarar el 14 de febrero próximo.
“Con todo lo que tengo que decir no voy a (poder) declarar un día, por lo menos necesito una semana. Son diez años los que investigué y sigo investigando. La Justicia no busca a mi hija, la que la busco soy yo”, aseveró.
Verón fue raptada el 3 abril de 2002 a metros de su casa en la capital tucumana y, según diferentes testimonios, fue sometida en prostíbulos de La Rioja y posiblemente Córdoba.
La joven tenía 22 años y una hija de 4, quien asistirá al proceso judicial, confirmó hoy su abuela.
Las audiencias del juicio se iniciarán a las 8 y se extenderán hasta las 14.
Los jueces Eduardo Romero Lascano, Emilio Herrera Molina y Alberto Piedrabuena, por su parte, definirán mañana si autorizan la televisación en directo de la apertura del juicio y de la lectura de la sentencia.
Entre los testigos propuestos por la querella habrá por lo menos 24 mujeres que fueron rescatadas por la Fundación María de los Ángeles y que, según Trimarco, quieren declarar “a los jueces” situaciones que no aportaron en la confección del expediente.
“La víctima del delito de trata de personas no se repone de un día para el otro. Cuando uno la saca, lo hace destruida psicológicamente, y para ayudarla (hace falta) un tratamiento muy largo, una contención de mucho cariño y amor”, comentó.
En su caso, dijo Trimarco, le espera “un camino largo para recorrer”, por lo que pidió “a Dios” que la “ayude y dé fuerzas” para “no abandonar jamás” a su hija.
Por último, consideró que “mientras siga habiendo clientes (en los prostíbulos) va a existir la trata”.
“A los hombres que son esposos, hermanos y padres (les digo que) no vayan a estos lugares a dejar dinero para que estos delincuentes se enriquezcan”, completó.
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