Por Marisol Cuadrado*
Tal vez cuando pensamos en emprender nos surjan temores, sin embargo, es algo innato en nosotros. Para evitar los miedos debemos organizarnos, me gusta relacionarlo con nuestra familia y en la organización de un día.
El primer paso del día es Planificar: si mi hijo entra al jardín a las 9 de la mañana, planifico a que hora lo despierto, visto, preparo el desayuno y organizo otras tareas de la casa.
Entonces, si deseo tener un emprendimiento la primera etapa es PLANIFICAR, es pensar en nuestro futuro, una invitación a animarme a soñar, imaginar mi futuro estar atenta a todo lo que me genera: ilusión, ánimo y entusiasmo para alcanzar ese sueño, también a las vocecitas internas que me dicen “no es fácil”, “no podés”, “quién te va a comprar”…Es nuestra oportunidad de conocernos más, estar atentas; nos puede ayudar tomar un cuaderno y escribir de un lado lo positivo (lo que me anima) y de otro lo negativo (lo que me desanima).
La segunda etapa es la ORGANIZACIÓN: al conformar nuestro hogar, nos organizamos como una pequeña empresa. Tenemos que ordenar diferentes actividades, (hacer compras, limpiar la casa, ir a trabajar, etc.), actuamos de acuerdo a cómo pensamos llevar adelante el desarrollo de nuestros planes y quienes las realizarán, al comienzo, cada actividad se comparte.
En el emprendimiento necesitamos organizar cuándo comenzar, es vital poner fecha, a veces nos cuesta concretar y, si estamos atentas, descubriremos que son esas vocecitas internas. En general comenzamos en nuestra casa, es sano para toda la familia que podamos encontrar un espacio que, en lo posible, sea exclusivo para eso. Precisamos saber qué recursos necesitamos, para ahuyentar todas las dudas y todo lo que nos hace creer que no podemos, para esto realizaremos la lista de lo básico, nos ayuda al igual que cuando tenemos poco dinero en nuestra billetera y tenemos que cocinar, siempre aflora en nosotras la creatividad.
A medida que el emprendimiento avanza, es necesario que podamos asumir el rol de conducción, comenzamos a transitar lo que hemos planificado y organizado, entonces comenzamos a ejecutar nuestros planes.
Por último, siempre es bueno que podamos realizar nuestro CONTROL DE GESTIÓN, llevar adelante una familia requiere del acuerdo y de la participación de todos sus miembros. Tendremos que acordar la organización, verificar como nos está yendo, si las responsabilidades y actividades se están llevando a cabo y como las estamos realizando, aprendiendo siempre de la experiencia.
Tomando lo que nos sale muy bien, para que vaya siendo un pilar de nuestro emprendimiento e identificando lo que no nos sale tan bien, para poder retroalimentarnos de nuestra propia experiencia y recomenzar en todo momento, teniendo siempre presente aquella primera motivación que nos llevó a generar nuestro proyecto.
*Marisol Cuadrado. Especialista en gestión de Organizaciones
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