Por Diego Díaz
Este artículo quiere ser una contribución y una herramienta de ayuda para las y los lectores de la revista.
En nuestra vida de todos los días la palabra red ha vuelto a ser de uso corriente, si usamos nuestra imaginación, la primera imagen que nos aparece son las redes que se usan para pescar, o las redecillas para sujetarse el cabello, o quizá también nos viene la imagen del Facebook o del twiter. Pero existen otras redes más dramáticas, aquellas que están formadas por varones y mujeres que ejerciendo su poder, se dedican a atrapar, por medio de redes engañosas, a otras personas.
Por eso, desde este espacio de lectura, te ofrezco la posibilidad de que puedas pensar en una nueva red que te puede ayudar en tu desarrollo personal. Es un ejercicio muy sencillo, solo se necesita una hoja en blanco y un lápiz, ¡manos a la obra! Toma la hoja y dibuja tres círculos como aparecen a continuación
Aquí tienes un átomo social
Ahora busca un lugar tranquilo, cierra los ojos por un momento y piensa quiénes son las personas que están más cerca de ti. A las mujeres las vamos a representar con un círculo y a los varones con un cuadrado. Cuando ya los tienes dibújalos en el círculo de los más próximos.
Luego, dibuja en los otros círculos, a los que pondrías en mediana cercanía y más alejados. Aquí no se trata de juzgar lo que debería ser y no es, sino como tú los percibes (Ejemplo: Yo vivo lejos de mis padres, pero a pesar de la distancia los percibo muy cerca de mí, o a un amigo que hace mucho que no veo, lo puedo colocar cercano porque nos mantenemos en contacto.)
También puedes colocar no solo personas, sino enfermedades, situaciones, o lugares que son valiosos para ti.
Esto lleva tiempo, no te preocupes. Puedes dejarlo por un momento y luego puedes agregar o reubicar a las personas. Lo importante es ser sincero con uno mismo/a y no analizar, ni juzgar, ni interpretar, (aquí en Puerta Abierta a eso le llamamos sin AJI). Solo tienes que mirar, contemplarlo y desear transformarlo o agradecer por lo que puedes observar.
Cuando las redes nos atrapan nos hacen sentir que no tenemos recursos, que no le importamos a nadie, que no somos nada para nadie, sin embargo esta nueva red que dibujaste te puede ayudar a ver cómo son tus vínculos, por dónde esta anudada tu vida, a qué situaciones, personas, cuáles son las redes que te sostienen en el día a día.
Y ahora, luego de haber realizado este trabajo viene la tarea diaria. Puedes intentar cambiar situaciones, es decir modificar aquello que te pueda ayudar o simplemente agradecer por aquellos que están cerca de ti, los más próximos. Si observaste que tienes pocas personas cerca de ti, es una motivación para que empieces a trabajar en ello. Aquí, en Puerta Abierta te podemos ayudar en ese trabajo de poder transformar tu red que atrapa en una red que libera. Si estás lejos del centro Puerta Abierta Recreando, busca una persona cercana y de confianza a la que le puedas expresar este deseo de tener más cercanía.
Una buena red o átomo social es aquel que se puede transformar en cada momento de la vida. Y que las personas puedan transitar libremente por nuestra cercanía, mediana y lejana proximidad.
Liliana Fasano en su libro Tejiendo Redes (2010) señala que “la cantidad de personas que integran el átomo de un individuo y la calidad de esas relaciones nos hablan de las posibilidades de estimulación, aprendizaje, espacios de reflexión o contención con los que cuenta en su vida. A mayor cantidad de vínculos, se desarrollan más roles, más cualidades, más acciones se aprenden y más diferencias se aceptan” (p.41)
Este es hoy el desafío, construir redes que liberen y que sean espacios de contención.
[i]Diego Díaz scj- Colabora como tallerista en PAR.
Bibliografía
Fasano, Liliana. (2010), Tejiendo redes: el papel de las redes sociales en la salud y el bienestar. (1º Edición).Buenos Aires: Gran Aldea Editores.
Najmanovich, Denise (2011), El juego de los vínculos. Subjetividad y redes: figuras en mutación. (2ºedición) Buenos Aires: Editorial Biblos.
0 comentarios