24 de marzo: Día de la Memoria por la verdad y la Justicia

Por Salvador Calvo

La verdad y la justicia han sido ideales que atravesaron transversalmente el devenir de la humanidad, desde el comienzo de la civilización han sido horizonte en la búsqueda de un mundo mejor. En esa búsqueda los peores devoradores de la humanidad han exterminado a miles en nombre de ellas, y las almas más sublimes y caritativas han sido capaces también de construir ese mundo guiadas por las mismas.

La cuestión al parecer tiene que ver con el propósito, desde qué lugar surge alcanzarlas y que sentimiento es el que nos invita a la acción.

Nuestra memoria, intuitivamente, recopila hechos del pasado para incorporarlos progresivamente con eventos presentes. El contenido temporal de éste fenómeno es de remarcada importancia; superponer e integrar hechos pasados con presentes permite a la persona, en la continuidad de su existencia: construirse, establecer patrones de conducta a seguir y seleccionar entre diversas alternativas al tomar una decisión. Ciertamente se trata de un sinfín de eventos entramados que condicionan la situación presente. 

Es importante pensar en el pasado como proceso histórico sujeto a una multiplicidad de factores internos y externos que condicionan deliberada o indiscretamente el accionar actual. ¿Pero qué es el pasado? Podría arbitrariamente describirlo como el espacio de tiempo que pretende ser integrado en una situación del presente. Busca instalarse en un suceso actual a través de un recuerdo, para posteriormente distorsionarlo. Volver a pasar lo vivido  por el corazón implica que el recuerdo no volverá a ser el mismo, puesto que está sujeto a la reinterpretación.

Visto desde este lugar ¿existe acaso esa imaginaria línea entre el pasado, el presente y el futuro? De allí me pregunto ¿seguiremos asociando la verdad y la justicia al pasado? ¿creemos realmente que lo que hace unas décadas ocurrió no sigue vivo hoy? o ¿buscaremos de una vez por todas a través del amor intentar alcanzar la verdad y la justicia para curar las heridas de las generaciones pasadas, presentes y futuras? Rotundamente, y al igual que muchos y muchas, propongo la memoria como medio.

Por Salvador Calvo

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