Por Sonia Tessa
En diálogo con Télam, Sánchez contó que el último domingo, alrededor de las 23, tomó un taxi en el barrio de Caballito para dirigirse a su casa, ubicada en la zona de Flores.
“Paré el primer taxi que vi. Apenas subí el chofer me dijo: “¿Sabés quien soy”, y ante mi respuesta negativa comenzó a darme detalles de mi vida que son muy íntimos, que jamás escribí o comenté durante las charlas que doy en todo el país”, relató.
Sonia reconoció que “estaba bloqueada. Pensé que me iba a pegar o a violar. Estoy desconcertada. Nunca me sentí tan sola y desprotegida”.
La mujer, que en su libro detalla descarnadamente la vida que le tocó vivir cuando estuvo en situación de prostitución, decidió “por primera vez hacer la denuncia. Un secretario del fiscal Marcelo Colombo dejó asentado lo que me pasó”.
Ella cuestiona la prostitución, la combate a través de las palabras que volcó en su libro, y en cursos y charlas que da en todo el país.
En 2007, cuando apareció el libro autobiográfico “donde denunció los manejos policiales de protección a los proxenetas, sufrí amenazas, me asusté, me fui y llevé a mi hijo a otra provincia”.
La situación se repitió al año pasado “cuando fui a dar una charla a Comodoro Rivadavia, oponiéndome a que se reglamente el ejercicio de la prostitución. Un hombre me amenazó, a plena luz del día, en un bar de esa ciudad”.
Ahora “no me callo y no me voy a ir. Lo que hago es contarlo para protegerme y por eso hice la denuncia”.
Más allá de este suceso violento, Sonia sigue con proyectos. Adelantó que está escribiendo una serie de cuadernillos denominada “¿Qué te indigna?”, donde el primer número “cuestiona las resoluciones judiciales sobre trata, el lenguaje prostibulario que utilizan los jueces”.
El segundo ejemplar hablará “de proxenetismo, porque no se lo quiere ver. Siempre aparece la puta, nunca se habla del fiolo y del prostituyente, del tipo que consume prostitución”.
Además, “en junio quiero presentar una muestra de fotos de prostíbulos, sobre todo del sur, donde también habrá fotocopias de los libros que usan los proxenetas, para que la gente vea cómo dejan constancia de la trata y la plata que ganan”, aseveró.
Sonia Sánchez ahora “quiere concientizar sobre todo a los adolescentes, para que no consuman prostitución, por eso voy mucho a los colegios secundarios”, compartió. (Télam).-
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