Tema 2018: Trata y migración


Conmemoración memoria Santa Bakhita

“La esclavitud moderna —en forma de trata de personas, trabajo forzado, prostitución, tráfico de órganos— es un crimen contra la humanidad”. (Declaración conjunta de los líderes religiosos contra la esclavitud moderna, 2 de diciembre del 2014). 


En el mundo hay decenas de millones de personas que sufren a causa de la trata y la mayoría son de sexo femenino. En los últimos años, lamentablemente, también ha crecido sensiblemente el porcentaje de menores de ambos sexos. Es un fenómeno camaleónico por lo que es difícil establecer con precisión su magnitud. La trata se superpone y se funde con la inmigración clandestina, con el empleo de trabajadores extranjeros en condiciones símiles a la esclavitud, con las mujeres implicadas en el comercio sexual o sujetas a matrimonios de conveniencia.

La trata da personas está entre los tres mayores mercados ilegales que genera economías clandestinas de 150 billones de dólares al año (fuente OIL, 2015). La vida humana es un objeto, que se comercia y explota con fines de lucro, para trabajos forzados o humillantes en diversos sectores de la economía, para la explotación sexual o la esclavitud doméstica. Muchos de ellos son obligados al matrimonio, a adherirse a organizaciones criminales, a sufrir la mutilación para la extracción de órganos, o forzados a la mendicidad.

La trata de personas puede darse dentro del territorio de un país o a nivel internacional. En todos los países podemos encontrar víctimas de la trata, ya que éstos pueden ser de origen, de tránsito o ser el destino de las mismas (del sitio web de TalithaKum).

Tema de la Jornada Mundial de la Oración y Sensibilización contra la Trata

El tema de la Jornada Mundial de la Oración y Sensibilización contra la Trata del 2018 resalta la tragedia humana de la trata de personas itinerantes: los migrantes, los refugiados y los evacuados. Se nos llama a abrir los ojos ante este problema de tantos hombres y mujeres, nuestros hermanos y hermanas.

La trata de personas y el tráfico con los migrantes son dos distintas realidades que siempre están vinculadas. La violencia y la explotación abusiva que sufren los que emigran sin tener un visado para el país donde van, es un hecho que viene interpretado a menudo como trata de personas. Su estado vulnerable los hace ser una presa fácil para el tráfico sexual y laboral. A los refugiados y migrantes se les somete a un trabajo de más horas de lo habitual, con un sueldo ínfimo, al fin de pagar la deuda contraída. Con el tiempo, los traficantes les van aumentando el importe de la deuda y muchos migrantes acaban recibiendo amenazas e intimidaciones si no llegan a pagar. A muchos de ellos se les da por desaparecidos, habiendo sido víctimas mortales para el tráfico de órganos.

Con la globalización el flujo migratorio ha aumentado. A causa de este hecho contrastan movimientos políticos de algunos países los cuales dificultan la entrada de migrantes. Esto aumenta su vulnerabilidad, siendo una entidad humana que sufre el alto riesgo de la trata. Estos riegos pueden sufrirse tanto en el hecho de irse de un país a otro como el estar ya instalados en un país extranjero.

Para el 2018, por medio de la Jornada Mundial de la Oración y Sensibilización contra la Trata, estamos invitados a acompañar con la oración y nuestros esfuerzos el empeño que las Naciones Unidas tienen en su reunión de alto nivel para las migraciones (Global Migration Compact). Por medio de ella los jefes de estado y gobernantes de los países que pertenecen a las Naciones Unidas ponen en relieve el tema de las migraciones y refugiados en su agenda política. Este tema viene considerado como algo común y presente para todos los Estados y queda como uno de los puntos principales a debatir.

Pongamos esta realidad al centro de nuestras vidas y abrámonos de corazón a la acogida, a la esperanza y al encuentro. Demos luz a la libertad combatiendo la esclavitud.

Oración

En el hoy de nuestra historia, cuando los flujos migratorios van en aumento, confirmamos nuestra fe en el Dios de la vida, expresándole nuestras preocupaciones a través de nuestra oración:

Cuando escuchamos hablar de niños, niñas, hombres y mujeres engañados y llevados a lugares desconocidos con fines de explotación sexual, trabajo forzado y venta de órganos, nuestro corazón siente indignación y nuestro espíritu sufre, porque su dignidad y sus derechos son violados con amenazas, engaños y violencia.

Oh Dios, ayúdanos a luchar contra toda forma de esclavitud. Junto a Santa Bakhita te pedimos que la trata de personas llegue a su fin.

Danos la sabiduría y la fuerza para estar cerca de quienes han sido heridos en el cuerpo, en el corazón y en el espíritu, para que juntos alcancemos la promesa de vida y de amor tierno e infinito que ofreces a nuestros hermanos y hermanas explotados.

Toca el corazón de los responsables de este grave crimen y sostén nuestro compromiso por la libertad, don tuyo para todos tus hijos e hijas. Amén.

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