Hna. Mirta Sánchez

La figura de “Profeta de la Compasión y la Justicia” nos convocó a revitalizar nuestra vida y nuestro compromiso, haciendo memoria, agradeciendo y celebrando la historia de Monje, Misionero, Obispo y Fundador de este hombre que supo dejarse conmover
sus entrañas ante las Mujeres en situación de Prostitución y Trata.
Esta fiesta nos ayudó a contextualizar, iluminar, soñar, elegir y celebrar la vida de entrega, sencillez, hondura y profetismos de nuestro Padre Fundador. A lo largo del año, como Familia Oblata, hemos vivido acontecimientos, reflexiones, charlas, celebraciones
que fueron regalándonos matices de su vida y su opción. Fuimos dejando una estela de audacia, sensibilización y compromiso en esta
sociedad que clama “justicia”.
El desafío es grande. Tenemos un potencial espectacular por la posibilidad de ser protagonistas de esta historia; por ser portadores y portadoras de una Espiritualidad y Misión de Redención; por creer y hacer crecer el Reino de Dios en la tierra.
Podemos ser alivio y también fortaleza de una sociedad que necesita recuperar su vocación de servicio y solidaridad. De liberación, dignificación y humanización.
Gracias a todos y todas las que hicieron posible este festejo, desde la participación, la preparación, la presencia y el compromiso.
¡Sigamos compartiendo esta hermosa vocación de ser Familia Oblata del Santísimo Redentor porque la brisa de José Ma. Benito y de Antonia de la Misericordia animan nuestros pasos!


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