Comienzo esta nota, aclarando el porqué del nombre.
A principios del 1800, había en Francia un fotógrafo, llamado Felix Nadar, fue un gran retratista de
la época, uno de los únicos en fotografiar París en un globo aerostático. Puedo contar muchas cosas
acerca de él, como por ejemplo, introduce la humanización de los gestos en sus retratos, pero lo
que más me interesa contarles es que fue uno en dar una gran definición de lo que es la fotografía.
La define de la siguiente manera: “Por fin encontré lo que es un punto de vista”. Definición exquisita si las hay, y resumida perfectamente.
Mi nombre es Constanza, soy fotógrafa, y estudiante de ello, en cuanto a lo que respecta el género
documental.
Hace muy poquito tiempo que estoy en Puerta Abierta, con decirles que todavía no he realizado
ninguna labor, pero si la tarea de estar, de observar y contemplar. Construir y crear los vínculos,
cuidarlos, protegerlos, día a día.
Quiero destacar que el que es artista, tiene un ojo especial : afilado, sensible, atento quizá más detallista, a veces no tan real, en sí contemplativo, profundo y lógicamente con una punto de vista que es nuestro y lo hacemos único educándolo todos los días.
Ya no observamos, ya miramos y podemos ver claramente. También podemos ser vistos por los
otros.
Como comentaba anteriormente llevo poco tiempo en Puerta Abierta, en esta hermosa y cálida
casa junto a las hermanas y su protección, junto a las chicas del equipo que despliegan alegría y una
enorme fuerza de voluntad demostrando cariño y cuidado, ( ¡Ah, siempre te sacan una sonrisa!).
Hago un párrafo aparte para aquellas que hoy yo llamo “las luchadoras”, grandes, mujeres con un espíritu totalmente elevado, con la fe como estandarte y luchando.
Todos los días la vida se presenta como un ring de boxeo, y ellas van venciendo los rounds, con
sus tiempos, y con lo más importante que cuenta un ser humano: con sus sueños, poblados de esperanza y con su inmensa lucha. Eso no puede quitarlo nadie.
Es aquello que las hace seguir caminando por más que el camino se torne gris.
Fue una enorme emoción ir conociéndolas, y sin saberlo, cada vez que voy aprendo algo nuevo de ellas. Y algo que une en particular a estos tres tridentes nombrados, (las hermanas, equipo y las luchadoras), y sumo a todos los profesionales que también están ahí, lo que los une, aquello que los
puja, claramente es el amor, pero en estado puro.
Es aquello que tiene que estar para que aquel motor interno, al cual llamamos amor, logre encender
el sentimiento y logre ponerlo en marcha.
Es increíble el esfuerzo que hace cada uno desde su rol, se produce un estallido, una chispa prende
en conjunto, y si… ahí están, todos unidos, y de pie. Y se sabe, si uno no está, cuenta con el otro,
si alguno se cae, antes de tocar el piso, habrá una mano sanadora levantándolo. O la palabra amiga
para indicarle cual es el rumbo a seguir. 
Quiero citar y compartir una frase de un gran escritor argentino Adolfo Bioy Casares:
“escribir es agregar un cuarto a la casa de la vida”, y ese efecto liberador que tiene la escritura.
Creo que la función más valiosa es que constantemente se agregan infinitos cuartos a esa casa de la
vida y siempre comienza con una puerta abierta…
Si bien hace semanas que estoy, por momentos siento que estuve antes en este lugar y esto se debe a
la calidez con la cual me han recibido todos los días, con la cual me conmueven y emocionan. Tus convicciones como mujer aumentan, al punto que empiezan a aflorar, y eso es único. Es un proceso de identificación, de decir, esta también es mi lucha, claro que lo es. Y ahí mismo, el interior dialoga y llega a la conclusión de que siempre hay que llevar con uno los valores orgullosamente y alegremente, también quitar los prejuicios que uno tiene ,y darse cuenta de la realidad, pero no la de los medios de comunicación: la verdadera. Estar y atravesar esos rincones por los cuáles muchas veces no queremos pasar.
Como bien dice Bioy Casares , esto de agregar, yo sumaría el crecer día a día y por sobre todas las cosas el dar sin recibir, sin esperar algo cambio, solo el cariño, un abrazo una palabra, aquellas cosas de la vida que nos convierten en seres únicos, el amor. En mi caso es como poder tomar aquella fotografía que tanto busqué y deseé, que la luz, la cual nos alimenta y permite la imagen, llegué a destino y cubra toda la superficie, que se impregne y envuelva como un manto, como aquella fracción de segundos que dura dicha fotografía, el famoso “click”.
Acá no solamente se hacen habitaciones, sino más bien se vive edificando. Se construye.
Por último, quizá deba indagar un poco más en cuál será mi rol, creo estar cerca de ello. Iluminar aquello que está oscuro, aquello que solo tiene sombra, poder sacarlo hacia adelante, darle forma y finalmente sacarlo a la luz, lo olvidadas que somos muchas veces las mujeres, lo dañadas que estamos, y el cansancio que se hace pesar, el maltrato, la desdicha.
El arte cura todo, pero todos los males, te despierta aquellos rincones que uno pensaba que estaban
dormidos, y ahí cuando te empiezas a despertar, al moverte te das cuenta de muchas cosas.
Por último, para dar concretado mi humilde punto de vista, les dejo estos renglones, con una frase
hermosa.
“El amor nace con una cara oscura y perturbada. Cuando la esperanza está muerta, y en el lugar más improbable, El amor nace: el amor siempre nace” (Michael Leunig)
Atte. Constanza Perretta
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