Recuerdo con claridad como si fuese hoy que, en la carta de GRATITUD que escribí despidiéndome de las compañeras de Puerta Abierta Recreando en al año 2003, cité una frase de Paulina Mausichoff: “Vivimos de partir, de desprendernos, de derramar el alma entre las cosas, vivimos de encontrarnos…”.[1]Encuentros, desencuentros. Y nuevamente re-encontrándonos en esta sección: “Puerta abierta a la Palabra”. Sí, la palabra que es un derecho de cada una y de todas, un derecho.
Y así ha sido todo este tiempo transcurrido hasta volver  a re-encontrarnos y re-encontrarme escribiendo de nuevo para la Revista que está cumpliendo su veinte años. ¡FELCITACIONES! ¡Qué maravilloso! Cuánta Vida vivida y continuada. ¡Cuántas puertas abiertas a la creatividad y a la audacia! Gracias, Noelia y demás compañeras de ‘Puerta Abierta Recreando’ por darme esta oportunidad para escribir en la revista. Esto me despierta una gran conmoción y mucha alegría porque me siento parte de esa construcción conjunta que comenzó en el año 1996.

Y  estoy re-cordando. Tomando la raíz latina de esta palabra, sería dejar pasar por el corazón las vivencias de todos estos años. Las veces que nos sentamos ‘junto al pozo’ en esas ruedas de conversaciones, de charlas amenas con mate de por medio. Debatimos, tomamos decisiones nos fortalecimos mutuamente, nos nutrimos y como las mujeres que protagonizan Gén. 16 “La vida social transcurre junto al pozo. El pozo es momento de desierto para poder re-emprender  el camino. Un espacio político significativo. Allí ocurren y se deciden muchas cosas, desde cuestiones familiares hasta las decisiones políticas de control de este espacio.”[2]
Antonia María de la Misericordia, junto al pozo soñó proyectos nuevos para ella, mujer que se dejó transformar por el Espíritu de Dios que se le reveló en una realidad que estaba muy distante de su vida. Por eso tuvo sueños para cada una de las mujeres que iba a encontrar en su camino. Mujeres que se prostituyen y son colocados rótulos prejuiciosos milenarios, sin embargo ella vioen cada una de ellas la imagen de Dios.  Mujeres consagradas Oblatas que necesitan agudizar su sensibilidad y mirar contemplativamente la realidad para encontrar la imagen de la Divinidad en la realidad de las mujeres en contexto de prostitución. Vivir la audacia  evangélica hasta las últimas consecuencias. Mujeres Marías Servidoras del Perpetuo Socorro que son parte muy importantes en la Congregación y en esta iglesia samaritana y servidora; Mujeres laicas identificadas con el carisma y la misión y que aportan con su creatividad y modo nuevo de vivirlo, en los diferentes frentes de misión de la Oblata.
Y también una mujer llamada Agar, una mujer esclava está junto a una fuente, junto a un pozo. La fuente es el lugar principal, no el único de la teología de Gn 16. Agar huyendo por el desierto sintió en su piel y en su corazón el rechazo de otra mujer: Sara  su ama y también de su amo, Abraham. Sin embargo Agar apoyada en la fuerza de la promesa de Aquel que la escucha y que le ve oye estas palabras: “Agar esclava de Sarai, de dónde vienes y a dónde vas?[3](…)vuelve a la casa de su patrona[4]”.VUELVE, como un imperativo para no seguir sometida a la casa de la esclavitud. En los planes de un Dios que liberta, el regreso de Agar es a otra casa, a la casa donde ocurre el cumplimento de la promesa: “Yo haré tu descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo que nadie las puede contar”.[5]Agar  está a la escucha de este Dios que VE, que OYE e que HABLA. Esta vez  a través de un ángel: “Tú estás embarazada y vas a dar a luz un hijo y le darás el nombre de Ismael porque Yahvé oyó su aflicción.” Y sospecho que Dios tuvo para ella el sueño de multiplicar su descendencia libre y liberada dando fin a su condición de opresión y esclavitud. Y el sueño de Dios se hizo uno con el de Agar porque le fue restituida en pleno su libertad y de todo un pueblo oprimido empobrecido.
Agar a partir de sus propias vivencias, hace una honda experiencia de lo sagrado que la liberta. Ese sagrado que surge de lo más profundo de su ser y que se extiende a su alrededor en el contexto histórico, social y cultural. En este sentido Agar, como teóloga de primera línea, teología enraizada en este contexto, hace una bella definición de lo divino: “Tú eres el Dios que vive e que me ve”[6].Y podemos concluir, a manera de certeza que el Dios de Agar es el Dios que tiene rostro, que ve, que siente la aflicción de las personas, de mujeres que están sometidas  a  la explotación y a la esclavitud.
Y Agar se reencuentra con una nueva experiencia, como también muchas de nosotras nos reencontramos con esas experiencias que son sueños realizados porque  a pesar que a las mujeres nos sea ‘prohibido soñar’, seguimos soñando. Seguimos construyendo, seguimos recreando nuevas experiencias de lo sagrado y de espiritualidades, nuevas experiencias de libertad y emancipación. A partir de encuentros, desencuentros pero siempre re-encontrándonos. Siempre dejándonos sorprender por la novedad de Dios que se revela ‘junto al pozo’, en la rueda de nuestras conversaciones, donde nos miramos frente a frente, donde surgen importantes decisiones para construir otro mundo posible, otro país diferente más humano y humanizado. Una comunidad nueva, mirando siempre para adelante, de ‘Puerta abierta Recreando. Una comunidad que cree en el cumplimento de la promesa de multiplicar los gestos solidarios y libertarios; de hermandad, de partir y com-partir el pan, de fiesta y gratuidad entre nosotras mujeres y con nuestros compañeros varones.
Manuela Rodríguez Piñeres
San Pablo, 20 de juno de 2012


[1] REVISTA PUERTA ABIERTA N° 29(JUL. 2003), pág. 12, Buenos Aires, Argentina. Carta de gratitud al salir del Proyecto ‘Puerta Abierta Recreando’.
[2]RIBLA N° 25 “Pero nosotras decimos”, Ensayo de BRANCHER, Mercedes, ‘De los ojos de Agar a los ojos de Dios’(Gén 16, 1-16)
[3] Gén. 16, 8
[4] Gén. 16,9.
[5] Gén. 16,10
[6] Gén. 16, 13-14


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