8 de marzo: Día Internacional de la Mujer
Por Juana Lescano, osr
Porque “nos quisieron enterrar sin saber que éramos semillas”.
Porque venceremos la muerte y resurgirá de cada lágrima y dolor brotes de Justicia.
Porque un día no tan lejano florecerá la Paz.
Ya sabemos que el 8 de marzo es el día de la mujer. Ya este día está institucionalizado y casi por costumbre tal vez digamos: “Feliz día” a las mujeres con las que nos encontramos este día. También por WhatsApp y por distintos medios nos saludan y saludamos. Se vuelve viral el saludo, los mensajes alusivos a este día. Ahora digo, hago una pregunta, invito a pensar ¿Cabe decir feliz día de la mujer? Claro que se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y fue institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975, conmemorando la lucha de la mujer por su participación y por la igualdad de oportunidades en la sociedad. Se conoce que el origen de este día está relacionado a un gran desastre que ocurrió en Nueva York, en una fábrica textil, donde más de cien mujeres murieron calcinadas. De esto, ya transcurrió más de un siglo. Estas mujeres luchaban por sus derechos laborales. A lo largo de la historia, las mujeres venimos luchando por derechos en relación a reducción de jornada laboral, mejores salarios, derecho al voto, entre otros.
Hoy ¿Celebramos el Día de la Mujer? Podemos celebrar la conquista de algunos derechos pero queda mucho por conquistar. El grito más alarmante y globalizado en este momento histórico es en relación al tema violencia de género y los múltiples femicidios.
Evocando a las mujeres que sembraron un precedente en la lucha por sus derechos y su dignidad —aquellas que murieron incendiadas en la fábrica textil— hoy dedico este artículo a las mujeres que este año perdieron la vida por un arrebato violento, que fueron asesinadas por un hombre, ya sea su pareja, pariente o un extraño.
Sus conmovedoras historias claman por justicia. Con la certeza de que es posible el acceso a la justicia para que descansen en paz, va dedicado este texto a todas las mujeres que les arrancaron la vida principalmente este año.
Un día encontré esta frase que considero oportuna y profética para la ocasión de recordar a cada una de las mujeres que murieron por violencia y fueron enterradas:
“Nos quisieron enterrar sin saber que éramos semillas”.
Gritos y lágrimas fueron sembrados a lo largo y ancho de la Argentina en enero y febrero.
Con respeto y, sobre todo, con un sentido solidario clamando por justicia las nombro a cada una, creyendo que sus nombres son esas semillas enterradas que vencerán la muerte. Vayan estas palabras como una plegaria que las abraza con misericordia y compasión; con ternura y paz. Que brille para ellas la luz que no tiene fin y que desde las profundidades de la eternidad nos den fuerza y valentía para conquistar una humanidad que sepa cuidar la vida.
He aquí estas semillas que claman por justicia y paz:
Celeste: joven de 27 años de Santiago del Estero.
Una nena de 10 años en Longchamps.
Gisel Romina en Mar del Plata.
Daiana, de 24 años en Córdoba.
Delicienne, de 26 años y proveniente de Haití.
Agustina, de 17 años en Santa Fe.
Susana , de 77 en Mar del Plata.
Silvia de 61 en La Plata.
Valeria, de 32 años del Chaco.
Liliana, de 64 años, en San Juan
Denise, de 38 años en Santa Fe.
Romina de 26 años en Buenos Aires.
Carla de 28 años en Buenos Aires.
Silvia, de 59 años en Buenos Aires.
Liliana de 49 años en Mendoza.
Angelina, adolescente de 13 años.
Gisela de 47 años.
Ramona, en la localidad correntina de San Miguel.
Sandra, de 35 años, en la ciudad de Goya, Corrientes.
Mariana en Pinamar
Las dos turistas de Israelí, Pyrhia y Lily asesinadas en Mendoza.
Mirna, mujer trans, en Salta.
Paula de 15 años en Catamarca.
Valeria en Bariloche.
Juana, de 26 años en la localidad de Tolosa.
Felices todas ellas porque se hará justicia y su entierro no será en vano. Entonces tendrá sentido decir “Feliz Día Mujer” porque descansarán en paz y porque ya no habrá más muerte que sea producto de violencia, ya no más femicidios, ya no más violaciones, ni armas blancas, ni golpes, ni tiros, ni puños, ni piñas. Será posible gozar de vida plena y de derechos en la tierra.
Por últimos va este párrafo esperanzador para todas las mujeres que seguimos conquistando el derecho a ser felices y plenas:
Cuando una mujer se tiene así misma
“Cuando una mujer se tiene a sí misma podrás entrar o salir de su vida,
podrás halagarla o juzgarla,
y Ella, te recibirá o te despedirá amablemente,
y ella te agradecerá y comprenderá tus sombras
porque ya conoce las suyas.
Probablemente no la toleres y a la vez quieras poseerla,
y terminarás por alejarte si no tienes el valor de respetarla.
Cuando una mujer se tiene a sí misma el Universo danza a sus pies,
y Ella se eleva. Ella se vuelve compasión.
Ella elige. Ella es consciente.
Ella da y recibe amor. Es sencillo reconocerla.
La mujer que se tiene a sí misma, sonríe en el sol como en la tormenta.
Celebra la vida y comprende la muerte.
Vive y danza los procesos.
“No tiene un tono, Ella es un arcoíris (María HarchanamKaur)“
8 de marzo: Día Internacional de la Mujer
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