Recordando al Padre Serra en su primera inspiración a “abrir una Puerta” para la dignificación de las mujeres en situación de prostitución. (Trascripción textual en lenguaje de esa época)
Carta de 1864 del Padre Serra a la Reina Isabel II:
“Muchas veces, al visitar en las alas del Hospital San Juan de Dios a las mujeres que pagan su enfermedad vergonzosa los desórdenes de su vida, he sido testigo de manifestaciones de arrepentimiento que no podría, sin temeridad, dejar de llamar verás. Ministro del Dios de bondad, al reconciliar jóvenes endurecidas en la carrera del vicio con aquel Señor que no vino a buscar a los justos sino a los pecadores, he sido con frecuencia depositado de deseos que no he podido dejar de considerar sinceros. Entonces, creyéndome obligado a imitar el ejemplo del Buen Pastor, quise poner sobre mis hombros la oveja descarriada y fui yo mismo varias veces de puerta en puerta pidiendo la admisión en los establecimientos destinados a ofrecer un asilo al arrepentimiento. ¡Pero, en vano! No pude conseguirlo.
La pluma se me cae de la mano, Señora, al recordar la impresión que me ha causado ver a esas jóvenes, después de haberse sinceramente arrepentido, obligadas a entrar de nuevo a la carrera del vicio. Un Dios de justicia infinita había echado un velo sobre sus extravíos pasados, las había reconocido por hijas y aceptado en el banquete celestial; pero la sociedad, más severa, desdeña de perdonarlas. Las lágrimas del arrepentimiento no lavan a sus ojos las manchas del deshonor; ella no altera el juicio que una vez ha formado de esos seres desgraciados y, cualquiera sea la sinceridad de su cambio de vida, esas mujeres no encuentran una casa donde poder, sirviendo, ganar el necesario sustento; no hay para ellas un taller abierto en el que puedan ejercer una honrosa industria; todos los caminos se presentan cerrados para ellas.
El presenciar a menudo y de cerca estos males me ha inspirado, Señora, el deseo de remediarlos. (…) Ayudado por personas caritativas, he preparado en el pueblo de Ciempozuelos una casa donde podrán encontrar asilo las mujeres que queriendo cambiar de vida, no hayan podido ser admitidas en ningún otro de los establecimientos de análoga institución que existen en la Corte. (…)”
(Padre serra, Madrid 11 de julio de 1864 – Carta a la Reina Isabel II)
Si todas las puertas se les cierran…
PUERTA ABIERTA A LA VIDA – Ciempozuelos, España.
Biblioteca Histórica Vol.1 Orígenes de la Congregación. Cap IV Antecedentes. Pag. 195s.
El Padre Serra habla con Antonia María de Oviedo y le propone abrir un asilo en el que acoger a las mujeres prostituidas enfermas que abandonan el hospital para tener un lugar donde vivir, sin tener que volver de nuevo a las calles. Para empezar llevó a Antonia a estas salas y a las calles donde se ejercían la prostitución.
En mayo de 1864 Antonia María de Oviedo pone manos a la obra llena de alegría, pues los motivos de la fundación llenan las aspiraciones de su alma generosa.
“Estoy metida en la fundación de una casa para acoger a las muchachas que quieren cambiar de vida pero no teniendo a donde ir vuelven a la calle.”
La primera casa es muy pequeña en la calle Jardín nº1, luego se mudan a Ciempozuelos.
“Acabo de comprar muebles, lienzos y otras cosas necesarias y el martes voy a Ciempozuelos para arreglar la casa: tengo 10 chicas y una casa bastante grande bajo mi dirección y además tengo que estar con los obreros porque hemos comprado un viejo convento franciscano abandonado hace 30 años y en el cual hay que hacer muchas reparaciones.”
Es bonita la descripción que Antonia hace de esta época: “llegar a formar con las chicas una pequeña comunidad”
¿Qué inspira a los Padres Fundadores a abrir la casa?
· Conciencia de una urgencia humana
· Consagración personal para remediarla como si esto supusiera para ellos una obligación.
· Insuficiencia de este trabajo: les desborda, necesitan ayuda económica, personal, etc.
· Búsqueda de esta ayuda en las instituciones existentes y en los medios conocidos.
· Insuficiencia de las instituciones existentes por falta de mística y de medios para hacer frente a la necesidad que acaban de descubrir.
· Necesidad de fundar una institución nueva a pesar de todas las dificultades humanas.
PUERTA ABIERTA A LA VIDA – La Boca – Constitución, Buenos Aires, Argentina.
Compartimos citas textuales de las crónicas de la comunidad de Quirós de las Hermanas Oblatas donde se reflejan las búsquedas iniciales
Año 1991
Comenzamos el esbozo de un proyecto que tiene como objetivo la promoción y liberación de la mujer prostituida, en un compromiso solidario afectivo y efectivo con ella y su contexto.
El nombre del proyecto será “PUERTA ABIERTA” (Centro de Día). Conjuntamente comenzamos la etapa de relevamiento, en las zonas de Constitución y La Boca considerándolas de gran afluencia de mujeres prostituidas. En este relevamiento colaboran un grupo de laicos. Tendremos mensualmente reuniones para dialogar sobre los datos que cada uno fuimos recopilando, para discernir juntos la ubicación del centro de atención a la mujer y la de nuestra casa, como también para apoyarnos mutuamente y coordinar los próximos pasos para seguir dando.
Actualmente se está dando acompañamiento a un grupito de mujeres. Partimos de sus necesidades sentidas y las orientamos hacia la atención de la salud, la colocación laboral, a la gestión de documentos, subsidios para sus hijos, pensiones graciables, en conexión con Acción Social y una Diputada de la Nación: Matilde Fernández Quarraccino.
Año 1992
Abril:
En el contexto comunitario-pastoral, está latente el proyecto de La Boca. Como primer paso, se comienza buscando una propiedad para alquilar, esto conlleva su tiempo. Entre tanto nos reunimos con el equipo en “proyecto”, vamos tratando de conformarlo.
En cuanto a alquilar la casa de La Boca está claro, pero la financiación es difícil. Todo esto como es sabido, lleva su cuota de trabajo y preocupación, pero confiamos plenamente en el Señor, que la obra que comienza la concluirá. Esta inquietud está permanentemente en nuestra oración.
Cabe destacar que se ha elegido el lugar de La Boca por varios motivos, después de discernir debidamente es: poder estar incorporadas a una parroquia actualizada y dinámica, ya que ellos (Los Salesianos), trabajan con los chicos de la calle; es un barrio carenciado y próximo a la Isla Maciel y la Plaza Constitución, muy frecuentados por nuestra hermanas confiadas.
Junio:
Continuamos con el trabajo de campo: salidas nocturnas por Constitución y aledaños. Nos vamos familiarizando con las fuerzas vivas del barrio de La Boca, instituciones barriales, simplemente para conocernos y conocer las necesidades del medio.
Julio:
Se nos multiplican las actividades: poca gente y más trabajo. Ahora estamos abocadas a preparar el Centro, como refaccionar, pintar lo más esencial. Lo vamos realizando en la medida que llegan los recursos.
Septiembre:
Con satisfacción se firma por fin la escritura de la casa de calle Hernandarias 1390 del barrio de La Boca, gracias a la generosidad de Totita Bretón, su gesto de solidaridad nos ha conmovido, es el 14 de septiembre y seguidamente el día 18 hacemos la merecida inauguración.
Este proyecto de Misión que se viene gestando desde el año 1980 y que ahora logra tener este lugar físico, es también fruto de la generosidad de nuestra querida Totita, quien con su significativa donación ha hecho posible la compra del inmueble en el barrio de La Boca.
Este gesto profético y solidario con la causa de la mujer nos estimula a seguir entregándonos y acompañando la vida.
En el año 2000 el Centro de día se muda al barrio de Constitución. Se vende la casa de La Boca y se compra una antigua casona que necesita ser reciclada. En esta etapa de transición el Centro de día funciona en un salón del 1º piso en la Parroquia Corazón de María de los Padres Claretianos. Luego de las refacciones necesarias se abre la actual casa en Humberto 1º 1244.
Si todas las puertas se les cierran…
Padre Serra nos cuenta la historia de la 1º mujer por quién comenzó toda la obra.
Antonio Bellella Cardiel, cmf.- Tierra de compasión –Joséphine pag. 100. Ed. Perpetuo Socorro
¿Quién era Joséphine?
Una niña, solo una muchacha de 15 años con el corazón de oro de origen francés, que al darse cuenta de que conmigo podía desahogar sus congojas en la lengua madre, sintió que su corazón se esponjaba y se me confió con una sencillez abrumadora. Engañada la habían traído a España cual delicada sirvienta francesa para la casa de unos ricos. Bien se puede imaginar cómo y donde acabó.
Después de un año ingresó gravemente enferma en el hospital San Juan de Dios. Pasado 2 meses la misma juventud y vigor que permitían suponer una curación perfecta era un motivo de inquietud de cara al futuro: si no encontraba un lugar donde acogerse volvería a la calle. Eso me temía y ella misma confirmó mi recelo cuando estaba a punto de recibir el alta.
“cuando salga de aquí no tengo un sitio a donde ir.”
Yo lo entendí todo: me estaba pidiendo ayuda.
Junto a mí había una persona buena, débil y abandonada, vilmente engañada y herida en su dignidad humana que, si yo no la ayudaba no tendría otra salida que regresar a la prostitución.
No, no podía quedar de brazos cruzados. Resolví que ¡sí todas las puertas se les cerraban, yo le abriría una! Había que hacer algo. ¡Esto era demasiado doloroso para que yo pudiera presenciarlo sin determinarme a hacer algo a favor suyo!
Visitando a Joséphine ella misma me presentó a una paisana suya que albergaba idéntico deseo. Aquella mañana me sorprendí a mi mismo diciéndole lo siguiente: “si me prometéis que queréis perseverar en vuestra intención, yo os prometo que os ayudaré a vivir con toda la dignidad que merecéis como hijas de Dios. Ambas asintieron.
¡La suerte estaba echada! ¡Manos a la obra! Por fin podía poner a la oveja perdida sobre mis hombros para reconducirla al redil. Nunca como ese día me había sentido un seguidor tan digno de mi Santísimo Redentor.
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